miércoles, 10 de noviembre de 2010

Cameron pide a China que emprenda reformas políticas

El primer ministro británico, de visita por el país asiático, vincula la prosperidad con reformas que defiendan los derechos humanos.

El primer ministro británico, David Cameron, ha logrado hoy equilibrar lo que para algunos Gobiernos europeos parece tan difícil en China: la defensa de los derechos humanos y la democracia con la promoción del comercio y los negocios. Ha asegurado que emprender reformas políticas es la mejor manera para el país asiático de garantizar la estabilidad social y el crecimiento económico continuado. Mientras tanto, las empresas británicas firmaban contratos. El mayor de los anunciados fue para el suministro de motores aeronáuticos por parte de Rolls-Royce.
"El ascenso de la libertad económica en China en los últimos años ha sido muy beneficioso para China y el mundo. Espero que en su momento conduzca a una mayor apertura política... porque estoy convencido de que la mejor garantía de prosperidad y estabilidad es que el progreso económico y el político vayan de la mano", ha asegurado en una conferencia en la Universidad de Pekín (Beida) -la más prestigiosa del país-, en el segundo y último día de su visita a China antes de acudir a la cumbre del G20 en Corea del Sur.
Cameron, quien ha afirmado que de ninguna forma intentaba dar lecciones a Pekín, ha hablado de las virtudes del Estado de derecho y de la democracia de estilo occidental. Y ha recordado cómo él mismo se tiene que someter cada semana a las preguntas de los parlamentarios. "Estas son restricciones para el Gobierno, y en ocasiones puede ser frustrante cuando los tribunales adoptan una posición que difiere con la del Gobierno, pero a la larga hacen mejor a nuestro Gobierno y más fuerte a nuestro país", ha señalado. También ha dicho que la existencia de una prensa libre es importante, a pesar de las críticas y la incomodidad que, a veces, genera.
Cameron no ha citado en su conferencia al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo, galardonado el mes pasado con el Premio Nobel de la Paz, aunque, según algunas informaciones, ha planteado el caso el primer ministro, Wen Jiabao, durante el encuentro que mantuvieron el martes. Cameron ha viajado a Pekín al frente de cuatro ministros y medio centenar de altos directivos de empresas, la mayor delegación británica que ha visitado China en la historia reciente. El primer ministro ha instado a Pekín a que contribuya a reequilibrar los desajustes comerciales mundiales y a que flexibilice su moneda, que Occidente considera que mantiene artificialmente infravalorada para beneficiar a sus empresas exportadoras. Y ha pedido su colaboración para luchar contra el proteccionismo comercial. El punto fuerte empresarial del viaje ha sido la firma de un contrato por parte de Rolls-Royce, valorado en 1.200 millones de dólares, para suministrar motores aeronáuticos a 16 Airbus A330 de la compañía China Eastern.
La visita del líder británico se enmarca en su objetivo declarado de duplicar los intercambios comerciales con el país asiático para el año 2015 hasta más de 100.000 millones de dólares, con un objetivo de exportaciones británicas anuales de 30.000 millones. Cameron se ha entrevistado con el presidente chino, Hu Jintao, y ha visitado la Gran Muralla. Hu le ha dicho que "quería elevar el nivel de la confianza política mutua", a la vez que ambos países gestionan "los temas sensibles en las relaciones bilaterales de forma adecuada".
Las declaraciones del dirigente británico a favor de las reformas políticas se producen en un momento especialmente sensible para Pekín. El Gobierno se siente indignado por la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, y asegura que se trata de un ataque ideológico por parte de Occidente. Desde entonces, las autoridades han intensificado la represión contra activistas y disidentes, a muchos de los cuales ha sometido a vigilancia o arresto domiciliario. El martes pasado, la policía impidió a Mo Shaoping, cuya firma de abogados representa a Liu, tomar el avión en Pekín para asistir a una conferencia de abogados en Londres. Mo cree que las autoridades pretenden impedir -como han hecho con otros- que acuda a Oslo, el 10 de diciembre, para recoger el Nobel en nombre de Liu. La esposa de este, Liu Xia, se encuentra en arresto domiciliario.
El Centro de Información para los Derechos Humanos y la Democracia, organización con sede en Hong Kong, ha afirmado que la policía ha negado a los hermanos del galardonado la visita en prisión que tienen derecho a hacerle cada mes. Estos sospechan que el Gobierno pretende impedir que Liu Xiaobo les haga llegar su declaración para la ceremonia de entrega del premio.

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