sábado, 30 de octubre de 2010

El Ejército británico podría haber violado la Convención de Ginebra

Las técnicas de interrogatorio empleadas en los últimos años por el Ejército británico y que incluyen la humillación, la privación sensorial y desnudar a los detenidos, podrían constituir una violación de la Convención de Ginebra que regula el trato que se debe dar a los prisioneros, según revela este martes el diario británico 'The Guardian'.
   Según el rotativo, el Ejército británico ha estado entrenando a los interrogadores en técnicas que incluyen las amenazas, la privación sensorial y desnudar a los detenidos. El material para el entrenamiento, al que ha tenido acceso el diario, recomienda a los interrogadores que intenten provocar la humillación, la inseguridad, la desorientación, el agotamiento, la ansiedad y el miedo en los prisioneros que interroguen y sugieren modos de lograrlo.
   Así, un documento de PowerPoint para el entrenamiento de septiembre de 2005 aconseja que los prisioneros sean desnudados antes de ser interrogados. "Desnudadles", señala, añadiendo que se les debe "mantener desnudos si no siguen las órdenes". Otro documento recomienda mantenerles con los ojos vendados.
   Un manual de abril de 2008 sugiere que los detenidos sean mantenidos en situaciones incómodas e intimidados y subraya que la privación sensorial es legal si existen "razones operativas válidas para ello". En él, también se recomienda desnudar a los detenidos.
   Otro material más reciente, añade el 'Guardian', incide en que aunque se debe permitir a los detenidos que duerman o descansen ocho horas al día, se les debe dejar sólo cuatro horas de sueño ininterrumpido. Igualmente, se aconseja a los interrogadores que adviertan a los prisioneros de que permanecerán incomunicados si no responden.
   La Convención de Ginebra de 1949, recuerda el diario, prohíbe expresamente "cualquier coerción moral o física", en particular aquellas encaminadas a obtener información.
   Según el 'Guardian', todo el material de entrenamiento clasificado al que han tenido acceso fue elaborado tras la muerte de Baha Mousa, el recepcionista de hotel iraquí torturado hasta la muerte por tropas británicas en Basora en septiembre de 2003. Parte del mismo fue elaborada tras concluir la investigación del Ejército sobre los abusos a civiles iraquíes, en enero de 2008, que señaló que aunque había habido algunos casos los malos tratos no eran un problema endémico entre los soldados británicos.
   El Ministerio de Defensa británico no ha querido entrar a valorar esta información, argumentando que hay una investigación en curso sobre esta cuestión. "Hay precisamente investigaciones en curso para establecer la anterior y la actual base sobre cómo realizar nuestras operaciones de detención", afirmó un portavoz a la agencia Reuters. "El Ejército (...) está comprometido a intentar mejorar constantemente estas partes de sus operaciones", agregó.

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