Montevideo, 27 oct (EFE).- La clase política uruguaya se expresó hoy sobre la figura del ex presidente argentino Néstor Kirchner, a quien se recordó con dolor como un importante líder político, pero también como responsable de profundos desencuentros entre ambas orillas del Río de la Plata.
Desde que se conoció la noticia del fallecimiento del político de 60 años en El Calafate, Argentina, a causa de un paro cardiaco, se sucedieron las manifestaciones de pésame hacia Argentina y muy especialmente hacia la viuda del político, la presidenta Cristina Fernández.
Sin embargo, fundamentalmente entre los grupos de la oposición, también se sucedieron las muestras de rechazo a las políticas que Kirchner desarrolló hacia Uruguay bajo su mandato (2003-2007) y en relación a la instalación de una planta papelera de la empresa finlandesa Botnia en el lado uruguayo de la frontera común, a orillas del Río Uruguay, que separa ambos países.
Ese conflicto desató la peor crisis diplomática en décadas entre Argentina y Uruguay, que solo se solventó este año con una sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El presidente José Mujica lamentó la muerte de Kirchner como la de "un hombre joven e importante" y envió al pueblo argentino y a su presidenta "toda la solidaridad posible", si bien admitió que lo conoció "bastante poco".
Más allá de la declaración oficial de tres días de luto y de expresar sus condolencias, Mujica prefirió aprovechar la ocasión para resaltar lo fugaz de la vida al señalar: "cómo se nos va la vida en cualquier momento".
El ex presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle (1990-1995) también envió su pésame a Fernández, pero destacó abiertamente las "serias discrepancias" que tuvo con el fallecido.
Lacalle envió sus condolencias "por respeto y cariño" hacia el vecino país, si bien reconoció que eso no es un impedimento para recordar "aunque no es el momento, que tuvimos con él serias discrepancias de política exterior".
"Más allá de homenaje mantenemos el juicio que durante su vida nos mereció su actuación pública respecto de nuestro país", agregó Lacalle, del conservador Partido Nacional (Blanco).
De igual modo se expresó el ex presidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) quien mostró su "pesar y solidaridad" a los amigos y correligionarios de Kirchner al tiempo que afirmó que si bien no es día para juzgarlo, Uruguay "tuvo diferencias con su Gobierno".
Incluso entre las filas del oficialismo se reconoció esta "ambigüedad" que la figura de fallecido ex presidente tenía en este país.
Según señaló a los medios la senadora del Frente Amplio Constancia Moreira, aunque Kircher "era una figura muy destacada en el proceso de integración regional y una referencia para los Gobiernos progresistas", en el país aún "duelen prendas por lo de Botnia".
Otro senador oficialista, Rafael Michelini, mostró su preocupación hacia la situación política que queda en Argentina: "a pesar de las diferencias que siempre hemos tenido con ellos".
El ex presidente era también secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), jefe del gobernante Partido Justicialista (PJ, peronista) y se le mencionaba como candidato a presidente en las elecciones de 2011. EFE